Uno de los lugares históricos de la guerra civil en la Casa de Campo es la pista del Generalísimo. Se trata de una carretera de hormigón que sirvió de comunicación y avituallamiento al ejército de Franco desde la Casa de Campo a la Ciudad Universitaria donde se hicieron fuertes durante mas de dos años. 
Para poder llevar los alimentos y municiones a los soldados del otro lado del río, los franquistas, construían un puente de madera por el que pasaban de noche y que era sistemáticamente volado a la mañana siguiente. Era la Pasarela de la Muerte.

Previamente los camiones nacionales tenían que atravesar la Casa de Campo y bajar por la carretera de Garabitas en un tramo muy cerrado, totalmente al descubierto y batido por el fuego enemigo de morteros y armas automáticas que estaban en el Puente de los Franceses a menos de 200 mts.

Era la también famosa curva de la muerte cuyo paso había de hacerse por la noche o con vehículos blindados si se realizaba por el día.

Diversos textos del bando nacional reflejaron el peligro de esa curva durante la guerra, como el del Cte. Jefe del 1er. Batallón de la Victoria A. Barbasán para la concesión de la Cruz Laureada de S. Fernando al Padre J. Caballero...

"bajando por el camino del depósito de aguas en la temida curva de la muerte un blindado quedó detenido al alcanzarle un antitanque quedando su conductor herido muy grave. Nuestro sanitario Sotero Blanco Vazquez, herido leve logró abandonar el auto tras abrir su puerta y muy a pesar del fuego intenso de ametralladora del enemigo. El Padre Caballero bajo del otro auto y se acercó por el borde de la carretera y consiguió llegar al blindado y entrar por la portezuela para comprobar si había heridos. Cuando llevaba unos instantes dentro un nuevo disparo hizo blanco en el blindado produciendo gran ansiedad entre los que presenciabamos el hecho...sin embargo minutos después pudimos ver como se retiraba el padre bajo un intenso fuego de ametralladora que a todos nos hizo temer que no podía llegar ileso a sitio protegido..."

Repetidos hechos como este, hicieron que los ingenieros nacionales hacia el verano del 38, como queda constatado en su cemento, buscaran un paso mas seguro y se pusieran a construir una pista de hormigón que resistiera el paso de vehículos pesados, desde el cerro Morán hacia la vía del ferrocarril , casa de firmes especiales-hoy Escuela de Cantería-, caballerizas del Hipódromo y por último a las pasarelas del Manzanares.

La carretera se terminó al final de la guerra civil, y ya apenas se usó.
Esta pista ahora resquebrajada y cuyo grosor se puede ver en los bloques arrancados junto al paso del ferrocarril pensamos que debe de ser conservada y además está llena de inscripciones de los soldados que la hicieron , huellas de zapatos, así como los nombres que escribieron antes de su endurecimiento.

 

En nuestra Casa de Campo y cercana al cerro de Garabitas permanece como testigo de otros tiempos pasados, parte del trazado de esta pista que debe quedar protegida por ser parte de nuestra historia reciente y como sitio curioso de este gran parque.

 

 

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